domingo, 6 de octubre de 2013

Con nuevas palabras


Lima está llena de palabras nuevas.

Algunas como "bacán" te transportan a lo genial, a lo perfecto, tal vez del mismo modo en que "chévere" una de las primeras palabras peruanas que aprendí y que suena tan bonito, tan especial que no pienso olvidar nunca.

Si no quieres ser el centro de las risas recuerda que es "computadora" y que la manera correcta de decir wifi es "güaifai" y nada de güifi.



Quizás tardes un poco en adivinar qué es una "palta" (que no es lo mismo que tener "plata") o un trozo de "zapallo". O que en realidad  el sillao es salsa de soja. Pero no hay nada como disfrutar de una "cremolada" bien fresquita de "granadilla", "durazno", "aguaimanto", "carambola" o "lúcuma".


"Que paja" suena "lisuras" aunque no debas decir muchas (no digas ¡Hola "conchuda!), o  "calato" que suena tan bonita como lo es la piel desnuda.  De estos dos meses me quedo con una frase "¿Cómo se gilea allá?" fruto del choque cultural y de caer en la cuenta de que cuando hablamos de ligar la cultura cambia mucho.

También suenan bonito "frazada", para que no pases frío por las noches.  Pero como les dicen todas las madres a los "chibolos" si sales a la calle no seas "cojudo" y coge una "chelina" para que la humedad de lima y la "garua" no te estropeen la garganta.

Y cuando acabes de "chambear", si no quieres irte a tu "jato" podemos tomar unas "chelas"  en el Pollo Pier y "huevear" un rato; que para eso eres mi "pata", "pe".

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