jueves, 7 de noviembre de 2013

Máncora. Sol y surf

Máncora cayó como del cielo, un viaje que no tenía pensado hacer, una locura de 18 horas de autobús y en el fondo unos días de sol y playa que necesitaba.



Máncora fue la playa y el sol. El surf, la sensación de ponerse en pie sobre una ola, de solo centrarse en eso durante una hora. Máncora es el agua de coco, el ver como sube la marea, el jugar con las olas. Una chela frente al mar, chicharrones y ceviche, y chifles y canchitas.






Mancora es Loki de Mar tumbarse en las hamacas a leer, a tomar el sol o a dormir. Máncora es tequila en el cuarto y fiesta en el hotel, es flores hawaianas en la cara, mariposas y chupitos.





Máncora es bailar como si nadie te estuviese mirando, conversaciones surrealista con personas de medio mundo, es cantar "Te pintaron pajaritos en el aire", gritar "Te pintaron pajaritos en el aire", procesiones a media noche y mototaxis locos por caminos de tierra.



Máncora fue sol, playa, arena, hamacas y leer como hace tiempo que no hacía, como necesitaba hacer.











En fin, Máncora fue el viaje que necesitaba.

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