miércoles, 20 de noviembre de 2013

Un sábado en Lima

Los sábados son días para volar, días para levantarse a las 6 de la mañana corriendo a la UPC para acabar el proyecto de creatividad (uno de esos 19 que no sabes muy bien de donde salen). Para correr a Miraflores y descubrir que tu profesor de fotografía tiene una de esas viejas volkswagen que invitan a recorrer el mundo. Pasar la mañana haciendo fotografías en otro de esos bonitos lugares que tiene Lima, "La punta" donde siempre huele a mar y  las olas se escuchan desde lejos. 
Fotografía de Pamela León
La punta tiene ese encanto ecléctico de los pueblos frente al mar, con casas que pasan de los años 20 al más absurdo modernismo de paredes de cristal. Donde las barcas se mecen junto a las olas, o descansan en la orilla y puedes ver a lo lejos un pescador faenando con las redes. Y donde hay garzas y gaviotas que viven justo a la orilla y que vuelan sobre las olas tratando de cazar algún pez. 

Si seguimos hablando de los sábados llenos de vida el Museo de Arte de Lima es  un palacio precioso en pleno parque de la exposición, un lugar precioso por el que merece la pena pasear y muestra de aquella época en la que Lima rebosó dinero. Y llegamos al Museo Metropolitano de Lima, interesante, curioso y dos horas de historia de Lima (algo pesado para un museo). 

En fin uno de esos días de no parar, de un lado para otro y de llegar a casa con los pies matados y una sonrisa de las que dejan los días bien aprovechados. 

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